Cajón de ideas
No sé si a ustedes les ha pasado eso de repente estar tan tranquilos de la vida, ocupados de lo suyo, cuando de súbito los ataca una idea, no una idea genial, tal vez ni siquiera una buena idea, pero es una idea que lelga y que no los deja en paz hasta que hacen algo con ella, al menos le atormentan el oído a alguien más con ella. Bueno, a mi me ocurre con mucha frecuencia, de hecho, cada que salgo, supongo que es un testimonio a mi irredenta ociosidad, pero no puedo pararme en ningún espacio de la ciudad sin empezar a imaginar cómo se podría mejorar ese sitio. Ahí hay una calle demasiado ancha, a la que le vendría bien un camellón, de preferencia con árboles; acá está otra calle con banquetas demasiado estrechas, deberían tener por lo menos un metro más de anchura; !cómo es posible que estén todos los autos subidos a la banqueta! En fin, cosas así. Para evitar tener que estar dándole lata a mi esposa y como simplemente no puedo quedarme quieto en estas cosas, abro este espacio p